“DESDE CUALQUIER ÁNGULO EN EL ENTORNO” confiere sobre el pasado día 21 de marzo que enfocó la conmemoración del CCVI (206) aniversario del natalicio del inconmensurable indio de Guelatao, Oaxaca, Don Benito Juárez García y precisamente esta misma fecha se festejó, amen del inicio de la primavera, el “DÍA MUNDIAL FORESTAL”. Innegable la necesidad de resguardar las zonas boscosas del mundo porque los árboles almacenan, según los enterados, 638 gigatoneladas de carbono (el término giga quien sabe de dónde se acuñó, porque una tonelada métrica vale mil kilogramos y un giga en electrónica equivale a mil megabaytes que a su vez son 1.048 Bytes. Y 1050 mb es un GB con 50 mb; está raro). El caso es que tal cantidad de carbono resguardada por los bosques, significa una cifra enorme que supera a todo el carbono que se encuentra presente en la atmósfera. Por lo tanto, es natural que desforestar el planeta afecte la calidad del aire que respiramos, se complican los ciclos de lluvia y se deteriora el medio ambiente. En la última década, nuestro país redujo en 195 mil hectáreas su superficie forestal con una tasa porcentual de -0.30 puntos. A tasa mundial, los bosques plantados suman apenas un siete por ciento del área total del bosque (264 millones de hectáreas reforestadas en el mundo en 2010).
En tal suerte, la replantación de árboles es una condicionante ineludible; México reforestó en 2010, con plantas de vivero y vegetativas, alrededor de 265 mil 721 hectáreas, según el INEGI, dentro de las 10 millones de hectáreas disponibles para reforestación comercial. De las principales entidades, tenemos a San Luis Potosí que trasplantó poco más de 31 mil hectáreas, Coahuila más de 27 mil y Chihuahua sólo 5 mil 511 hectáreas con 2 millones 892 mil 229 plantas. Sin embargo, la tala inmoderada y los incendios forestales afectan considerablemente la silvicultura. CONAFOR (Comisión Nacional Forestal), registró el año pasado en nuestro país, 12 mil 113 incendios que afectaron poco más de 950 mil hectáreas, entre ellos los un mil 686 incendios en el estado de Chihuahua que perjudicaron 87 mil 918 hectáreas, mayormente de pastizales (sólo 3 mil 799 hectáreas de bosque, lo cual representa un buen control de los incendios serranos, aun con la prolongada ausencia de lluvias).
El país produjo en 2010, por especie, cerca de 6 millones 118 mil metros cúbicos de madera en rollo, de los cuales el 74.6 por ciento correspondieron a madera de pino. La forestación, a diferencia de la reforestación, es aquella que se planta y se cultiva en terrenos no forestales con propósitos de restauración o conservación y tiene múltiples repercusiones ambientales como la preservación de la temperatura y la humedad de los suelos. Por su parte, la reforestación se refiere a establecer vegetación arbórea en terrenos con cualidad forestal, plantando árboles en donde haya el espacio adecuado para que se desarrollen conforme al ecosistema forestal.
Fue en 1974 cuando se instauró este acuerdo mundial por miembros de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y se escogió el 21 de marzo porque inicia el equinoccio de primavera en el Hemisferio Norte y el de otoño en el Hemisferio Sur, pero fundamentalmente porque es una invitación reiterativa para proteger, conservar, cuidar y mejor usar las áreas verdes existentes, a ser más conscientes del daño, a veces irreversible, que se ocasiona a los suelos forestales, así como a reforestar las superficies perdidas por diversas causas como los incendios forestales, manejo inadecuado del suelo, plagas y desertificación, ante el reto mexicano de reducir la pérdida de 155 mil hectáreas anuales de cubierta vegetal que en el lustro comprendido entre 2005 – 2010, se redujo de 235 mil hectáreas por año (1 millón 750 mil hectáreas perdidas contra 775 mil entre 2005 y 2010). México, por su diversidad climática, cuenta con un amplia variedad de especies: pino, encino, oyamel, maderas preciosas y las tropicales, coníferas, matorrales, cactáceas y pastizales. Somos ricos…