Según los medios locales, la mayor cantidad de mensajes sobre el tema ha aparecido en las redes sociales de Facebook y Twitter. Los ciudadanos de Tokio usaron las redes sociales para encontrar y difundir la información útil para atenuar las consecuencias de la tragedia. Muchos publicaban oraciones y compartían enlaces de los reportajes sobre el cataclismo natural.
Tweet-o-meter registró y sigue registrando hasta este momento más de 1.200 mensajes cada minuto. Sin embargo, entre los mensajes ha aparecido mucha información errónea y envíos de correo-basura con datos notoriamente falsos. Por ejemplo, cuando en la prefectura de Tiba, cercana a Tokio, se incendió una planta metalúrgica, miles de usuarios en Japón recibieron un mensaje que informaba sobre una fuga de desechos radiactivos que ya habían penetrado en la atmósfera y en un futuro próximo caerían con las precipitaciones en forma de lluvia ácida.
“Este mensaje no fue nada más que una obvia desinformación dirigida a perjudicar la estabilidad de la sociedad. No hay ninguna razón para estas preocupaciones. Hace falta analizar con más precaución los datos que aparecen en Internet”, se dice en el comunicado oficial de la administración de la prefectura.
Con respecto a este problema, el 13 de marzo el secretario general del Gabinete de ministros de Japón, Yukio Edano, prometió que el Gobierno del país “mejorará la calidad de la información en lenguas extranjeras” sobre el desarrollo de la situación en Japón después de los desastres naturales.
El 11 de marzo Japón fue sacudido por un potente terremoto, seguido de un tsunami devastador. Las zonas más afectadas fueron las prefecturas de Iwate, Fukushima, Ibaraki, Totigui y Tiba. De momento se ha elevado hasta 2.000 muertos el número de víctimas contabilizadas del terremoto y el tsunami. Según las fuentes de las fuerzas policiales del país asiático, esta cantidad podría aumentar considerablemente ya que aún hay decenas de miles de desaparecidos.
