“Ecos de nuestro pasado” es una puesta en escena de la autoría de Mónica González, quien también dirige, y en la cual ofrece una propuesta innovadora que tiene como objetivo reflexionar a través de un espectáculo sensorial sobre las raíces mexicanas.
Se trata de un espectáculo que permite hacer sentir a través de las voces, la música, las interpretaciones, los efectos especiales y los aromas, pero no se puede ver, de ahí que la oscuridad y los sentidos, sean lo principal para el público que recibe un antifaz a la entrada.
Con efectos aromáticos y sonidos diversos, el público recorrió lugares como el Templo Mayor, el tianguis de Tlatelolco en la época prehispánica, vivió de cerca las ceremonias indígenas, e incluso conoció de la crueldad de las batallas entre los pueblos originarios y los españoles.
En esta única función se utilizaron olores de verduras frescas con el propósito de remitir a los mercados antiguos, el sonido de armas, cantos ceremoniales para que el público presente imaginara los cuarteles de las huestes españolas.
Con 24 actores en escena y casi una hora de espectáculo, desde hace más de una década la obra ha recorrido escuelas y comunidades, captando un público de más de 10 mil personas.
Mónica González explicó que cada función es un reto, pero a la vez una experiencia para quien alguna vez ha imaginado la historia de México más allá de los libros de texto o las películas.
“A través de su imaginación, las personas pueden pasearse por el Templo Mayor, recorrer el tianguis de Tlatelolco en la época prehispánica, asistir a ceremonias indígenas, e incluso conocer la crueldad de las batallas entre los pueblos originarios y los españoles”.
“Ecos de nuestro pasado”, presentada la víspera en La Capilla, del Helénico, realizó el viernes 27 una función previa en la Biblioteca Vasconcelos, especial para personas con ceguera y debilidad visual.
Notimex