El fármaco, elaborado por Nabi Biopharmaceuticals, genera proteínas que se adhieren a la molécula de nicotina impidiendo que atraviesen la barrera hematoencefálica existente entre los vasos sanguíneos y el sistema nervioso central –pues la adherencia aumenta el tamaño de la partícula – y lleguen a receptores cerebrales específicos, reduciendo así el placer al fumar.
En 2005, la Universidad de Viena y la compañía suiza Cytos Biotechnology, habían intentado producir una vacuna para dejar de fumar; en la primera, los investigadores notaron que después de aplicar una inyección de nicotina a ratones, primero corrían como locos y después se tranquilizaban al haber recibido los anticuerpos. Y en el segundo caso, los científicos lograron incluir una proteína que causaba una respuesta de bloqueo ante la nicotina.
Fuente: Revista Ciencia y Desarrollo