Participarán 40 productores artesanales de 10 estados y seis países invitados. El eslogan es “Si el rey de la comida mexicana es el mole, el tamal es el príncipe”.
La festividad será del 28 de enero al 2 de febrero, organizada por la Dirección General de Culturas Populares del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, informó en entrevista el director del museo, Rodolfo Rodríguez, quien añadió que participarán artesanos nacionales procedentes de Chiapas, Distrito Federal, estado de México, Guanajuato, Michoacán, Oaxaca, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán, así como artesanos latinoamericanos, de países como Bolivia, Chile, Colombia, Honduras, Nicaragua y Panamá.
“Es tradición que el 6 de enero, Día de Reyes, se comparta una rosca de pan dulce que lleva uno o varios muñecos escondidos que representan al Niño Dios. Los que los encuentran en su rebanada se comprometen a organizar el 2 de febrero, Día de la Candelaria, una tamalada, acompañada de espumoso chocolate o atoles de diversos sabores.
“En México, se han registrado 370 tipos de tamales en la gastronomía. Habrá demostraciones de manufactura de los mismos, durante las cuales el público podrá seguir paso a paso los secretos para la elaboración de este delicioso platillo; esto ocurrirá el miércoles 29 de enero, a las 20:00 horas, y del jueves 30 de enero al sábado primero de febrero, a las 18:00 horas”.
Yuriria Iturriaga conducirá mesas de diálogo
Informó que se realizarán “mesas de diálogo para generar nuevas perspectivas en el conocimiento y valor del platillo con la intervención de artesanos productores, bajo la conducción de la investigadora Yuriria Iturriaga, a fin de compartir con el público sus experiencias en el quehacer y la elaboración del tamal en sus respectivas regiones, del jueves 30 de enero al sábado primero de febrero, a las 14:00, 15:00 y 16:00 horas”.
Agregó que la selección de los productores artesanales de tamal por el museo es rigurosa y basada en la calidad. “Se podrá elegir entre unos 200 tipos, que tendrán varios precios, los cuales dependerán de los ingredientes y tiempo de preparación, que entendemos como un proceso cultural. Hay gente que cría los pollos que utilizará, van de madrugada a buscar plantas que darán sabores únicos.
“Beatriz Ramírez preparará un tamal de origen prehispánico. Otros especialistas enseñarán sus recetas. Son verdaderos tamalólogos. El gusto por ese producto lo tenemos todos los mexicanos. Para nosotros es una costumbre y el Día de la Candelaria es una ocasión especial, pero igual se comen con independencia del Niño Dios. El tamal es parte de la cultura del maíz y con el frío de estos días se antojan más, por el vaporcito. En la feria se podrán acompañar de atoles de varios sabores”.
Usos rituales
Precisó: “En México, hay tamales que en sí mismos son desayunos, comidas o cenas; tienen usos ceremoniales o rituales; tal es el caso del zacahuil, muy especial, enorme, proveniente de la Huasteca, que se hace para bodas o fiestas muy especiales. Para un mexicano, eso de comer tamales no tiene horario. Claro, los de mariscos son un poco más caros, y ahora un poco más porque los productos han aumentado por la inflación. Tomen en cuenta lo justo por la calidad; hay que saber apreciar el trabajo.
Agregó: “Vengan con la novia o la amiga; la esposa, la abuelita, la tía. En esta feria se puede quedar bien con la invitación. Hay extranjeros que no comprenden nuestro gusto por las guajolotas y menos que el maíz lo degustemos en atole. Es algo cultural que se extiende a Centro y Sudamérica; es algo vivo en nuestro paladar. Vengan al Museo Nacional de Culturas Populares y aprovechen la visita a Coyoacán para ir a la iglesia de San Juan Bautista para observar los niños Dios con sus ropones y atuendos de gran imaginación. Esto independientemente de las razones religiosas”.
La 22 Feria del Tamal permanecerá abierta del martes 28 de enero al domingo 2 de febrero, de 10:00 a 20:00 horas, y el miércoles 29 hasta las 22:00, por ser Noche de Museos. El Museo Nacional de Culturas Populares se localiza en Avenida Hidalgo 289, colonia Del Carmen, Coyoacán.
La Jornada
