Entrando a Cuauhtémoc, la ciudad lo recibe con una escultura del emperador Cuauhtémoc, realizada en el año 1974.
Cuauhtémoc cuenta con una mezcla de razas, representadas por los Menonitas, inmigrantes de origen europeo; por los mestizos, descendientes de indígenas y españoles; y los Rarámuri, nativos de estas tierras.
En su visita a la ciudad de Cuauhtémoc no puede dejar de visitar la catedral, así como los magníficos restaurantes del lugar que ofrecen desde los deliciosos quesos de la región y las famosas pizzas hasta inigualables cortes de carne.
Existe un mirador ubicado en el Cerro de las Antenas; en este cerro se construyó el Centro Cultural Cuauhtémoc, que cuenta con una escuela de artes, donde se imparten clases de música, canto y teatro para promover las habilidades artísticas de los habitantes de la ciudad. Este centro cuenta con cafetería, tienda de artesanías representativas de las tres culturas, dos locales comerciales con venta de productos regionales y un módulo de información turística.
Los menonitas se han convertido en un singular atractivo de la región. Procedentes de Canadá, llegaron en 1922, aunque su origen primario fue la zona Europea de Prusia. Se afincaron y adaptaron a la convivencia con la sociedad de la zona que los aceptó con sus tradiciones y costumbres.
Para ellos el tiempo parece no haber pasado, ya que es común ver a los miembros de la comunidad vestidos en sus ropas típicas, conducir vehículos jalados por caballos o hablar en su propio idioma.
Actualmente se dedican no sólo a actividades agropecuarias, sino también a industriales; incorporaron de la cultura local el cultivo del maíz, del frijol y la construcción de casas de adobe.
El producto que más los identifica es el queso, que gracias a su calidad y delicioso sabor, ha cobrado renombre tanto nacional como internacionalmente.
El Museo y Centro Cultural Menonita es un lugar clave para acercarse a conocer más acerca de la cultura, tradiciones y costumbres de los menonitas. Está ubicado en el km. 10.5 de la carretera Cuauhtémoc – Álvaro Obregón.
Visite Cuauhtémoc y enamórese de él; consienta a su paladar y conozca más acerca de las maravillosas culturas que habitan la región.
