Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón: Porque de el mana la vida (proverbios 4, 23)
Si tienes el habito de guardar cosas del hogar, que no usas hace ya tiempo, date cuenta que en este momento ya son objetos inútiles; quizá solo existe la posibilidad de que algún día pudieras precisar de ellos. De nada sirve quedar atrapado en el ayer, solo el buen recuerdo es tesoro. Todo lo hecho por la mano del hombre, tarde o temprano, el tiempo lo destruirá.
Al arribar a este mundo, llegamos desnudos. Después, todo y cuanto vamos acumulando son meras cargas. Con el alma ocurre tal y como sucede cuando nos ponemos a limpiar armarios o hacemos limpieza general en casa; decimos: “voy a tirar “solo ciertas cosas”; sin embargo, siempre, siempre, emplazamos “algunas otras cosas”. Seguimos guardando esto o aquello “por si algún día me llega a hacer falta”. Y otras tantas expresiones (o acciones) como si fuera algún mandato superior. ¿Para que? ¿Por qué? Ya no guardes nada, usa tus copas de cristal todos los días, ponte ese saco que tanto te gusta para ir al súper, ese perfume que usas para “ocasiones especiales” perfúmate diariamente, cada día es especial, solo por el hecho de sentir la vida. Las frases “algún día” o “un día de estos” están desapareciendo de mi léxico. La vida Dios nos la concede para ser felices para disfrutarla. No para sobrevivir. Por eso disfruta esos regalos de DIOS. Cada día, cada hora, cada minuto es único, cada instante, cada respiración es especial pero no sabemos si sea el último, por eso no te esfuerces en acumular riquezas. Además no te olvides que al dejar este mundo tendrás que abandonarlo todo y lo que tienes guardado nadie lo usó, ni tú. ¡Regálalo a tiempo!…o si ya tienes que deshacerte de esos recuerdos que tal vez te hieren, hazlo, no temas… Dios nos manda bendiciones cada nuevo día y no podemos guardar la de hoy para mañana. La vida es demasiado corta para derrocharla odiando a alguien. No guardes rencores, resentimiento, aversiones, envidia; ahora es urgente despejar tu interior…tu corazón, hacer un espacio vaciarlo de todo lo improductivo pues sólo así tu vida recibirá “cosas buenas”. Cuando hayas hecho ese vacío ¡Llénalo de amor!
Y… ¿Qué tanta Fe imprimimos a nuestras acciones y pensamientos de diario? Dios proveerá… así lo aprendimos según la religión que profesamos; sin embargo, carecemos de Fe para que ello en realidad ocurra. Nos traiciona la ambición y esperamos mucho más de lo que en verdad merecemos. Para que la prosperidad llegue, lo inútil debe hacerle espacio; debe “hacerse a un lado”. Todo aquello que es inútil (innecesario) en ti y en tu vida, habrán de cederle espacio a lo que en verdad te hace grande ante Dios. No son los objetos guardados los que estancan tu vida, no; ello es mera superstición. Lo delicado del asunto es la actitud asumida de “guardar” y seguir guardando.
Todo lo nuevo y todo lo mejor lo mereces, de eso tienes que estar plenamente convencido. Por qué no te das el gusto de vez en cuando comer con tu familia (aunque no haya visita) en esa preciosa vajilla que tiene tanto tiempo guardada? poner ese hermoso mantel que es para fechas especiales. Tú familia y tú tienen todo el derecho a disfrutar. Y esa ropa que tienes en el armario para “ocasiones especiales” y el sartén que viene ya de algunas generaciones date el gusto de usarlo, pues sabemos que nada es eterno ”los recuerdos de familia” también se acaban, esas pertenencias del ser querido. Que ya pasó a mejor vida; no crees que algo de ropa, zapatos etc… Alguien le sería de gran beneficio? Si estás viviendo sin la persona amada, ¿No podrás vivir sin esas cosas que tienes guardadas? es mejor darles el uso debido, o tal vez piensas heredar a tu estirpe; Solo que les vas a heredar el mismo hábito de guardar y no disfrutar. Vamos… ya que te empeñas en guardar, será bueno guardar lo bello, lo espiritual, las bellas experiencias que te va dejando el tiempo. Guarda tu corazón de todo mal, porque es un tesoro que dirige tu vida. Sería excelente leer a (Mateo 6,19 23)… No guardes tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho los destruyen, más bien guarda tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho los destruyen…. Allí donde está tu tesoro también está tu corazón.
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